El alcohol es la cura. Cura toda herida física, mental y te deshinibe de todo lo que antes considerabas demasiado vergonzoso.
La ventaja de estar más tiempo en la frontera entre la embriaguez y la sobriedad es la capacidad de restar importancia a todo lo que te preocupa... el olvidar es lo que cada uno anhela y la lobotomista marca de turno se encarga de dejarnos encintos con su variedad de realidades a imaginar...
A veces las mejores, las peores, las más divertidas, las más memorables... se toman en este estado, sin tener en cuenta plenamente tus deseos o tus creencias de lo que consideras bueno para ti... A veces la necesidad y la determinación es la ganadora en la carrera al "sentido común".
Quizás necesitaríamos todos estar un poco borrachos de vez en cuando para apreciar lo que necesitamos con mayor claridad... y con mejor disposición de llevarlo a cabo.
Al fin y al cabo, necesitamos ese húmedo sentimiento de valentía y victoria que nos embriaga cada vez...
El sudoroso sentimiento del corazón.
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