lunes, 17 de febrero de 2014

El saber y la aventura

Dos motivos por los que el ser humano no racionaliza sus opciones en pro de una escasa calidad de pensamiento y raciocinio. Una calidad y cantidad pobre y decadente.

Una libertad inocua que pugna por convertirse en el objeto final del producto que ofrece a sus allegados. Una mentira, una cerca de espinas que rodea su integridad social con la fuerza de un martillo pilón. Machacandose día a día a sí mismo.


¿No pensáis en el por qué la gente acaba por convertirse en aquello que no quería ser?
Las circunstancias, el devenir de la vida, la experiencia...
Todo son excusas frente al impagable saber que conforma el trato consigo mismo.

Mucha gente decide que aceptarse es un camino demasiado complicado para llevarlo a cabo y que la apropiación de otras cualidades y costumbres es un método mucho más sencillo de conseguir la felicidad personal.
Poco realista, poco creíble y muy poco aconsejable.

La vida, la experiencia y las circunstancias sólo son las pruebas que el camino que tú eliges llevar como tu filosofía de vida te impone como pruebas de voluntad. Como formas de ver la vida de diferentes prismas y considerar sabiamente qué es real, que ficticio, moral o inmoral... para discernir si tus convicciones son lo suficientemente fuertes o tu moral lo suficientemente resistente.

Y mientras no seas capaz de elegir según una honesta manera de vivir de acuerdo con tus prioridades, tus deseos y tu integridad personal, no serás capaz de dar la cara por nada porque te faltará convicción.

Piensa seriamente en qué punto de tu vida quieres acabar de contar tu realidad, porque en ese punto, será exactamente en el que mueras.
Como persona.
Perderás tu total identidad en aras de forjar y crear una nueva, falsa.

La gente te conocerá por esa identidad, pero nunca conocerán el verdadero rostro de la persona con la que se relacionan.
Porque has sido lo suficientemente cobarde y mentiroso como para olvidarte de tí mismo. Encerrarte y encadenarte porque preferiste elegir el aceptamiento social a tu propia asimilación.

¿Quieres una verdad absoluta en la forma de desarrollarte como ser humano?
Yo te voy a dar una verdad absoluta: Eres gilipollas si la buscas.

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