Y me cabrea. Y me desarticula.
Me destruye y me sublima.
Pero ante todo, me realiza.
Aquello que tiempo atrás decidí ignorar, aquello de lo que me libré de manera que nunca más tomara parte en mi vida.
Aquello, sólo aquello... era capaz de volver con semejante fuerza, con semejante rabia.
Aquello que trataba de olvidar, de enterrar y arreglar.
Aquello se levantó de su tumba, feroz, sólo para acabar enterrado de nuevo, como las veces anteriores, con breves paletadas. En un montículo de tierra arenosa y frágil, a poca distancia.
Aquello alzó su garra repleta de costras y sarpullidos, inflamada y con sangre seca.
Alzo su garra y arañó el aire, como un gemido mascullante.
Como una elegía a la libertad...
De una manera burda, tosca y febril, me abandoné a su tacto, a su enfermedad y su pasional agarre.
Me abandoné a la ira con el oscuro sueño de destruir. Con la triste convicción de que no ocurriría así.
Me abandoné a la ira por el desacato a la razón, por la vista y pulmones nublados tras la espesa niebla del odio, del resentimiento y la vergüenza.
Me abandoné a la idea de aquel ángel vengador que traería la muerte y la justicia inmoral sobre todo y sobre todos.
Pero nunca pude escapar de la idea de todo aquello que me revolvía las entrañas, que quemaba mis manos y aceleraba mi corazón.
Y su meta era suponer su vileza. El desgarrador incentivo en el que bullía todo aquello.
La idea de sentirse vivo de nuevo.
La idea de sentir la sangre correr nuevamente por sus venas, de saltar y golpear, de gritar, de aullar.
Pero ante todo, de ser uno de nuevo, de completar el cíclico sistema autodestructivo que inflamaba mi carne y hervía mi corazón. Y aquel monstruo, aquella vileza que dormitaba en mí... era hermosa.
A su modo era una criatura de incalculable valor que atesoraba con el afecto de un padre. Aquello no era una parte de mi, era una parte de todo y todos que mascullaba por despertar y tomar control sobre mi. Aquello era radicalmente yo.
Y yo me amaba y odiaba a partes iguales.
Aquello era todo lo que yo deseaba, aquello que repudiaba.
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