La sinrazón me encuentra, soy un ave carroñera, dispuesta a seguir su camino sin pedir nada a cambio, sólo retazos de personas en mi mente. Mientras dibujaba líneas en la arena... no sabía dónde ahogar mis penas.
Hoy dormiré junto a la desesperanza, y acurrucado, esconderé mi deblilidad. Ya no te recuerdo, pero tu me apareces en sueños: eres un rayo de luz y cordura que ilumina mi vida... meciéndome lentamente...
Pensé acabar con este sufrimiento, pero dejé que me domara la mente.
Me azuzan pensamientos lúgubres, brotes de ira crecen a mi paso. No los aparté esta vez.
Transformó mi mente y hicieron lo propio con mi cuerpo. Úsalo, viólalo, maltrátalo... y devuélvemelo para seguir sufriendo.
Aún hoy, después de semejante tortura, necesito de tu presencia para poder sentir que esta existencia merece la pena...
"No me culpes a mi de tu dolor". Lo comprendo.
Cada día me voy dando cuenta de la causa de tu rechazo... Y no suplicaré más.
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