La preocupación es la fuente de la autodestructiva melodía del individualismo.
Que me recuerden cual es la manera correcta de despejar el cielo para mostrar la luna al resto de los mortales... y recordarle quien es aquel que destruyó las nubes para dejar pasar sus íntegros rayos plateados tras aquella jaula que dignificaba todo lo que era, lo que conocia y aquello que no conocía.
El poder de aquel pensamiento hacía revolverme tras las sábanas mientras destruía el recuerdo que me atormentaba lentamente, sumido en mi propia indignidad y egoísmo... culpable de todo... e inocente por ello.
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