sábado, 25 de enero de 2014

La buena voluntad no evita los accidentes

Todos percibimos el mundo mediante el filtro de nuestros valores.
Los valores mediocres pueden ser inocuos, pero también inútiles.

¿Que clase de persona crees que puede matar a otra? Alguien fuerte.
Los débiles jamás llegarán al punto de poder matar a otro ¿y sabéis por qué el asesinato es un crimen despreciado por todos?
Es evidente. ¡Porque hay personas débiles!

Los débiles, carentes de poder, jamás podrán cruzar esa línea. Por eso envidian a los asesinos que se apartan de los límites de la sociedad y se convierten en marginados.
Ellos lograron algo que los débiles no pudieron hacer.

Pero no está limitado al asesinato.

Los débiles que no pueden cruzar la línea, siempre odiarán a quienes lo hacen. Compadezco a los débiles sin poder para actuar.
Los débiles jamás podrán romper sus moldes.
Lloran lamentablemente en sus celdas al tiempo que intentan derribar a los que intentan liberarse.

¿Cómo puede permitirse tal desigualdad?

Si les damos poder a los débiles, el mundo renacerá.
Si todos pueden curzar la línea, el mundo avanzará enormemente.


Los débiles son solo una cadena para ellos mismos

#19 Nuevo mundo

Somos los integrantes del nuevo orden.
Somos dioses.

El poder no tiene nada que ver con la voluntad. Eso es algo real.

Sé realista, este mundo está lleno de cosas que no funcionan como deseas, cuanto más vives... más te das cuenta de que esta realidad está hecha de dolor, sufrimiento y vacío...

En este mundo, mientras exista el concepto de ganadores, también existirán los perdedores, el propio deseo de mantener la paz creo las guerras.
Es una relación que no puede evitarse.


jueves, 16 de enero de 2014

No tienes forma de matarme

El 'equipo'.

Esa palabra implica muchos más significados que la mera amistad.
Es decir... si queremos que se haga algo, necesitamos un 'equipo' que esté formado por personas que tengan asignadas unas labores diferenciadas.
No lo había planeado, pero lo aprendí gracias a vuestro equipo.

Si lo pienso, veo que quizá sobrevaloré mi poder individual.

Maldícete a tí mismo.
Si he llegado a hacerme tan fuerte, ha sido, precisamente, gracias a vosotros.

No os dejaré tranquilos.
Tendréis que vivir con un sufrimiento cien veces mayor que la humillación que os había afligido.


Yo... no. También mis hijos... y mis nietos... y todos mis descendientes durante cien años desencadenaremos una guerra maldita en la que todas las personas con poderes sobrenaturales, y aquellos que las veneran, serán  malditos.
Esta vida tampoco deja de ser dura.
Por eso deben estar apiñados los unos con los otros.
Pero como aún estoy vivo, porque aún puedo pelear, aunque mi guerra termine en un punto y me aniquilen, si no estoy solo, alguien volverá.... algún día.

¡REÍD!

¡REÍD!

¡Escuchadme! ¡Sois todos unos canallas!
¡¿Cómo os sentís en este escenario tan cojonudo?!

¡¡Nosotros seremos las últimas flores que morirán en esta era de guerras!!
¡¡Dejad que os posea la demencia!!

¡Sólo hay un objetivo!
¡REÍD!

La era de las guerras civiles... está ardiendo.

viernes, 10 de enero de 2014

Eterno

Echaba de menos sus propias palabras.
En aquella calle oscura, quizá no importaba realmente el color de su pelo engominado, ni siquiera el de sus ojos, pero el ensordecedor sonido petardeante había hecho que el mundo tomara un color parduzco y gris, en el que los colores solo eran retazos de blancos y negros, sombras burdamente recortadas que mantenían su forma gracias a las farolas tintineantes.
Adoquines cincelados como una malla, escupidos con orden milimétrico se dispersaba por la calle, a ambos lados.

Después del primer disparo, todo sabía a plomo.
Parecía una eternidad desde la última vez que había tomado una bocanada de aire. El sudor recorría tan lentamente su frente que podría haber sido cristal con pegamento extrafuerte.
Su corazón dejaba de bombear, parado, causando una arritmia que se volvía cada vez más mortal.
Paecía mentira que entre tanta simetría, tanta perfección medida y construida, su propio cuerpo fuera tan desacompasado.

O eso pensaba.

La mujer que aquellos hombres de gris y negro con rostros difuminados tenían sujeta por los brazos conmocionada y a la que conducían hacia aquel coche oscuro con la puerta abierta, como si fuera una cueva impenetrable, la mismísima entrada al Tártaro, no tenía nada que ver con el, pero desde aquella ventana del piso franco de la policía le había dejado impactado como si hubieran disparado a su mismísima madre.

El resto de compañeros estaban corriendo alrededor suya lentamente entre un revuelo sordo de pisadas, papeles y llamadas, porras, susurros de capas y botas bajando las escaleras. Estaba totalmente petrificado, envuelto en una semioscuridad apagada con unas velas de la otra punta del cuarto.
Las voces del auricular grande y pesado llegaba amortiguada, lejana y confusa, como si hubieran amordazado al emisor y no pudiera más que pedir auxilio por la línea. O lo intentara.

Pero eso no mitigaba el caos que había sido formado fuera aquel impacto.
Cerca de una decena de hombres oscuros y presumiblemente armados estaban rodeando aquel coche horrible, oscuro, que insistía en engullir a la mujer y aquellas sombras llevaban a sus fauces.
No podría diferenciar quien disparó, todos eran sombras sin identificar con risas malévolas ante sus ojos aún cuando del arma salía un hilo de humo ténue y delator.
Sabía que era una señal.

Aquello era peligroso.
Aquello no era lo que querían sus padres.


Era jóven y su familia siempre le instigó a seguir el camino de alguacil para labrarse un futuro legal y honrado, lejos de las calles oscuras. No salió tan bien como ellos esperaban, suponía, pero tampoco podía decir gran cosa. Entraba dinero en casa y su madre podía costearse medicinas y comida, lo que no era poca cosa.
No comentaba trabajo en casa para no preocupar a nadie, pero bien era cierto que el ingreso era lo único que mitigaba su miedo aliviándole el pecho.

Lástima que no fuera eso lo único que lo atenazaba ahora.
El chaleco que llevaba debajo del jubón áspero y negro de la policía estaba frío y le ponía la piel de gallina, justo lo que llevaba sintiendo toda la noche en la escucha.
Las sombras le arrebataron la vida a su padre y gran parte de su familia, pero no era eso lo único. También le habían dado vida al resto.

Y ahora también se cobrarían la suya.
Como un perro hambriento y asesino devoraría hasta la última migaja, y cuyo dueño disfrutaba como si fuera una partida de bolos.
Irónicamente, todos pagaban su factura. Su ayuda sería la vida de su madre.


Tiró de la anilla para pasar la pólvora por las celdas del chaleco y encendió su mechero al borde del cuello. La chispa duró apenas un par de segundos mientras corría.

Aquella mecha se consumió más rápido que los acontecimientos y su corazón en el último minuto.
Mientras un par de lágrimas pujaban por salir de sus ojos, la luz dejó que las sombras desaparecieran por fin y para siempre, de su vista. Era libre.



miércoles, 8 de enero de 2014

Predicción

--
El calendario pierde un componente valioso.
Los meses restantes se reúnen para llorar.
Los dolidos tocan una melodía,
mientras la undécima luna se levanta tranquilamente.

El crisantemo se marchita y cae,
para caer en el suelo al lado de sangrientos ojos escarlata.
Pero tú seguirás siendo supremo.
Incluso después de perder a la mitad de tus miembros.

Disfruta del interludio.
Busca nuevos aliados.
El Este es el rumbo a elegir.
Encontrarás a alguien que te espera.

--
El calendario pierde un componente valioso.
Los meses restantes se reúnen para llorar.
La primera luna, después de haber perdido su oportunidad,
continúa persiguiendo a la undécima luna por sí sola.

El crisantemo se marchita y cae,
para desplomarse en el suelo junto a sangrientos ojos escarlata.
Pero la araña no se detiene.
Incluso después de perder la mitad de sus patas.

--
El calendario pierde un componente valioso.
Los meses restantes se reúnen para llorar.
Te ofreces a acompañar a un aliado,
para que no esté solo.

Encontrarás el descanso eterno
en una habitación llena de mercancía negra.
Cuidado con la soledad sobre todo.
Tienes más que temer cuando estás sola con otro.

--
En un día oscuro con muy poca luz,
te enfrentarás a dos opciones dentro de una pequeña habitación.
Debes decidir entre el orgullo y la traición.
Mientras el portador de la muerte se cierne cerca.

--
No hagas ninguna llamada telefónica,
En el momento más importante, no podrás comunicarte con nadie.
No sería prudente contestar al teléfono,
porque detrás de una de cada tres llamadas, se encontrará el portador de la muerte.

--
Un cliente de ojos rojos visitará tu tienda,
medio ángel, medio portador de la muerte.
Harías bien en vender los secretos del calendario.
Él estará sobre todo contento por conocer el secreto de la undécima luna.

El cliente volveré en un día caluroso,
dejándote a solas con un hombre que lleva la cruz de San Pedro.
La cuarta luna falsa será arrancada del calendario.
Sólo seis páginas permanecen.




martes, 7 de enero de 2014

Basura

Su inflamable poder conlleva a la absoluta mentira. Ni siquiera los mejores mentirosos son capaces de mantener una luenga y prolongada farsa.
Ni siquiera el ardid mejor urdido y más sencillo es simple de cargar.

La fealdad del caparazón que definitivamente resbaló de su rostro asustó a pequeños y mayores, a hombres libres y a exclavos... Su mirada pasó a convertirse en una sanguijuela hambrienta llena de lujuria y desesperación.

Y mientras sus fríos dedos rasgaban su redonda cara, mientras su impaciencia no hacía más que hundirle en la ciénaga más profunda, sucia y podrida, resplandecía mientras reía.

"He ganado", decía "He ganado y tu no has sido más que basura"

La indiferencia con la que aceptaba su siguiente comida destituía simplemente el poder que dominaba su carácter, y mientras derretía su autoestima, su mente iba debilitándose, moría.
Lentamente, con cada bocanada de aire, sus pulmones fueron veneno, su corazón malicia y su cabeza espinas.

En un grito desgarrador de auxilio impotente y autodestructivo se iba convirtiendo en quien realmente era. Su verdadera máscara estaba siendo despegada junto a la carne, de sus huesos.


jueves, 2 de enero de 2014

#18 Un capítulo de tu vida

Mantengo una crisis de creatividad.
Es raro saber quién eres y qué quieres... y no terminar de convencerte a tí mismo de cuales son las palabras que quieres enviar a los demás. De cuáles son las experiencias que quieres imaginar, los sueños, las locuras.

No debería ser más complicado que tomarse una cerveza, escribir con un cigarro en la mano y escuchar algo de música, mientras las imágenes se suceden en tu cabeza.
Pero precisamente son esas las imágenes que no logras ver.

De otro modo, puedo cambiar de tercio, y simplemente empezar con mi comodín personal de ordenarme para que fluya la roja sangre de la originalidad.
Y así, quizá, encontrar un momento en el que sepa que expresar y sobre que.


Sabéis cuales son los mejores desayunos?
Los que no tomas por estar durmiendo. Esos son los mejores.