lunes, 26 de marzo de 2018

#30 Fuego

Retumba en mi interior con la fuerza de un volcán.
Un fuego inmortal e intenso que seguirá ardiendo por siempre.

Soy la voluble lava, orgullosa y rugiente. Siento aquello que soy y que me ha convertido en ello.
Anhelo aquello que me destroza y me congela. Aquello que me deshace, un fuego intenso siempre ardiendo.

Y moribundo, poco a poco desaparezco y odio todo lo que me convierte en lo que soy. El mundo cambia y los años pasan. Y no crezco con el. Amargo y purifico mi dolor para ver quien será el próximo que me haga caer.

Mi color y mi calor se extinguen. Mi legado es pobre y marchito, mi recuerdo un breve suspiro.
Pero mientras pueda, seguiré alimentándolo con el combustible que proporciona mi propia mente.

domingo, 25 de marzo de 2018

Dolor

Esa guerra ha destruido todo lo que existía. Una fría indiferencia y cordialidad se crea entre nuestras miradas. Aunque nos duela el alma, el muro construido por nosotros se ha convertido en la mano de nuestra indignante caída.
Y sólo yo tengo la impresión de ser el causante y quien lamenta su existencia. Y aunque duela, en el fondo no podemos pararnos a llorar, solo podemos seguir, con firme terquedad.
Y nuestra felicidad ajena, nos simplifica, manteniendo una sábana en el pasado. Sin detener el tiempo, sin quedarnos con lo mejor.

Sin decidir nuestro devenir. Anclados sin sentir ni decidir quienes somos ni por quienes somos. Morimos en aquel momento.
No queríamos ni podíamos continuar, no podíamos bailar, solos en nuestra poética mentira.

Y te preguntas que fue, que salió mal. Por qué salió todo mal.
De quien fue la culpa, porque lo importante era ser feliz. Y no podíamos vacilar, pero intuíamos la fecha del final. Y cuando eso ocurrió estábamos juntos allí.

Por tanta mezquindad acabaremos pagando, el odio que nos consume nos destruirá. Y con lo que nos hemos hecho sufrir, el dolor nos hará pensar si nos valió para algo.

Y no quise verte cambiar. No quise estar ahí.

#29 Ruegos y Preguntas

Tenemos una extraña percepción de aquello que nos hace fuertes. Aquello que nos hace sentirnos seguros.
Es lo mismo que nos convierte en seres débiles y frágiles.

Seguimos una senda que nos conduce al desastre inevitable, a la autocomplacencia de nuestras pretensiones, de nuestro ego, de nuestras limitaciones y sueños. Buscamos y ansiamos la autodestrucción por encima de todo.
Nuestro pasado determina nuestro futuro, y de igual manera negarlo solo conduce a engaños y mentiras.

Hemos sido capaces de superar, de obviar y de olvidar todo aquello que nos hacía ser quienes eramos y por lo que éramos.
Nunca pudimos expresarnos con la total confianza de saber que nuestras palabras tenían el mismo poder profético de un salmo. Cada frase, cada hecho, cada acción, cada fallo, cada acierto, cada error, cada beso.
Contra todo pronóstico, la rendición nunca fue una elección, al escuchar mi voz, al resistir. Todo por ser aquello en lo que quiero creer, porque sin ello, no soy capaz de hacer nada más.

Y estoy seguro de que será mi perdición, y mi tiempo pasa tan rápido... Intentaré volver de nuevo, sólo pienso en volver de nuevo.

sábado, 24 de marzo de 2018

#28 ~~

En mi agónica autocomplacencia, en mi depresivo límite.
En mi eterna agonía y mi desdicha nostalgia.

En ellas sufrí, en ellas amé, por ellas viví y sin ellas nunca desapareceré.
Comodidad encuentro en su lodo, ahogar mi propio ego con mis manos.

En cada rostro, cada ojo, cada caricia y recuerdo, cada breve oportunidad.
Obsesión tras mi cruz, sin tiempo para maltratar mi fe, perdiendo la luz
.
No hay prejuicios, no hay trucos, solo llantos, dolor.
Cuando la marea se nos lleve, no recordaremos nuestra verdad.